¿Cómo transportar tu bicicleta en un avión?

Hoy en día el concepto de viajar ha cambiado mucho. Hasta hace unos años, la mayoría de personas pensaba que en sus vacaciones simplemente pensaría en pasar unos días en la playa, tumbado al sol y disfrutando del mar o viajando a alguna ciudad para ver sus museos y monumentos más conocidos, y ese plan puede ser perfecto, pero cada vez más gente prefiere disfrutar de sus días libres de un modo más aventurero o visitando ciudades de una forma no tan convencional.
Gracias a todas las mejoras que se están llevando a cabo para crear nuevos carriles bici en la mayoría de ciudades europeas y a la promoción de este tipo de transporte sostenible, cada vez son más los que deciden pasar unos días subidos a su bicicleta realizando rutas o descubriendo ciudades, ¿o es que no has oído hablar del aumento de peregrinos que están realizando ahora el Camino de Santiago en bici? Si quieres ir a Berlín o a Ámsterdam, seguro que muchos te recomiendan ver la ciudad desde las dos ruedas ya que son dos de las ciudades donde más se usa este transporte no contaminante; y es que, además, es una forma diferente y original de hacer turismo y deporte a la vez.
Pero aquí llega la gran pregunta: ¿cómo transportar tu bicicleta?
Transporta tu bicicleta fácilmente
A pesar de ser un objeto bastante ligero, debido a sus medidas puedes pensar que llevar contigo tu bicicleta en un viaje puede ser algo muy complicado, pero te aseguramos que no lo es… ¡Desecha esa idea! No te quedes sin hacer esa ruta en bici con la que estás soñando simplemente por tener la idea preconcebida de que puede ser difícil el transporte.
Actualmente en Cajeando disponemos de un nuevo producto que puede ayudarte a viajar con tu bici o enviarla a cualquier destino sin problemas: cajas de cartón para bicicletas.
Las formas más habituales de llevar tu bicicleta de viaje son yendo en avión o bien enviándola por mensajería a tu lugar de destino. Para ambas opciones necesitarás empaquetar tu bicicleta, de esta forma tendrás varias ventajas:
- Estarás cumpliendo con la normativa. Para transportar tu bicicleta en avión, todas las compañías aéreas te pedirán que tu bici esté empaquetada, o bien en una bolsa o en una caja de unas medidas estándar (140x75x22 cm). En algunos aeropuertos podrás encontrar cajas para bicicletas, pero no es algo habitual, es mejor asegurarse y viajar con ella empaquetada desde casa para que te permitan subirla al avión. Para enviarla también necesitarás que esté en una caja para que la compañía de transporte, entre otras cosas, pueda añadir los datos de destino.
- Estarás cuidando de tu bicicleta. Si no la embalases, podría arañarse, golpearse estropeando piezas e incluso llegar a deteriorarse demasiado como para poder usarla en el plan que tuvieras previsto. Gracias a la protección de la caja, ésta llegará en perfectas condiciones.
¿Cómo preparar una bicicleta para llevarla en avión?
Es tan sencillo como avisar a la compañía aérea cuando compres el billete, para que lo añadan a los datos del mismo y puedas pagar el suplemento (igual que con las maletas extra), desmontar tu bici y meterla en la caja, ¡preparados para volar!
Cuando llegues al aeropuerto, por seguridad, la caja pasará por el control al igual que el resto del equipaje y desde allí, el personal la transportará a la bodega del avión.
A la hora de desmontar, no es necesario que separes todo, como las cajas son tan amplias, solo necesitarás desmontar los pedales, el manillar y las ruedas. Puedes sujetar todas las piezas al cuadro de la bici usando unas bridas o cinta aislante para que no se muevan dentro de la caja. Pero además hay algunos trucos: algunas personas añaden algo más de cartón o plástico en los espacios que quedan vacíos para que no se mueva dentro de la caja, aunque otros más avispados también usan estos huecos para meter el resto de complementos de la bici: alforjas, casco, botellas, etc.
¿Ya estás planeando tu próximo viaje? ¿Te han dado ganas de pedalear para descubrir nuevos lugares? Hazte con tu caja para bicicleta y busca cuál será tu primera ruta, ¡seguro que no será la última!